El programa Intervenir la Historia suma una más a las diez versiones anteriores en que personas de diferentes orígenes, actividades y profesiones se han animado a darle vida estos espacios mediante actos de interpretación del bien patrimonial.
La Quinta y la Casa del Florero son espacios en donde se muestra la historia desde distintas orillas, lugares en donde los visitantes pueden acceder al contexto y escenario de una época marcada por revoluciones, héroes, amantes, fiestas, robos y el anhelo de un futuro por forjar.
Las dos casas poseen cualidades diferentes y cada una propone una manera específica de acercarse a la historia.
Al entrar a la Quinta hay un jardín y una edificación con objetos: pájaros disecados, sillas, mesas, camas, floreros, vajillas rotas, una mica, pinturas y réplicas (de objetos históricos). El lugar evoca la cotidianidad de la época republicana, sus luchas y devaneos por la continuidad o la ruptura con los hábitos coloniales. Estos objetos y espacios son testigos de incontables hechos y pueden invitar al visitante a imaginar las circunstancias y las personas que las habitaron.
Por otro lado, El Museo de la Independencia – Casa del Florero es un espacio en donde el espectador tiene un contacto directo con objetos, piezas, documentos históricos y puede interpretar los hechos en presente a la luz de una lectura amplia, compleja y conflictiva de la noción de “independencia”.
Las casas son entonces un lugar donde es válido construir, reconstruir, animar y recrear sin necesidad de supeditar la experiencia a los datos, fechas o fichas técnicas. De esta manera, lo histórico se cuestiona, el recorrido no solo parte de certezas o de temas, la Historia da paso a las historias, a una serie de inquietudes que narran aquí y ahora las situaciones que han marcado el rumbo de los habitantes de este país.
En este punto puede usted preguntarse:
¿Cómo hago una intervención en una casa con estas características físicas e históricas?
Pues bien, antes de pensar en términos que encierren o determinen de antemano un tema o una forma de operar dentro de los museos, se sugiere recorrer los espacios para empezar por lo visible y lo tangible de ambas casas, revisar información sobre los procesos de independencia en Colombia (personajes, hechos, lugares, fechas, etc). De esto puede resultar un gesto que toma forma en una creación plástica o una acción que involucre al público; o una propuesta educativa, una intervención en el espacio físico, una mínima pero aguda reflexión que active una reflexión sobre este bien patrimonial; o un acto sensible que tenga a la Casa Museo Quinta de Bolívar y al Museo de la Independencia – Casa del Florero como pretexto a sus historias, como su materia principal para una narración (un video, un audio, un texto, un poema, una conferencia, etcétera).
Se propone partir de lo que potencian estos espacios, de sus contrastes naturales, plásticos e históricos.
Las casas ya lo han hecho a lo largo de más de 210 años.
¡Ahora súmese usted!
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