Ahora vivo y sin fuerzas, sólo tú eres la inspiración de lo que en mi agoniza. […] Ven, te ruego, calma mi angustia y lo senil de mis antojos.
Mi llanto y mi voz son mis espantos. Grito, en el abismo, sin eco y sin resuello. […]
Bolívar a Manuelita, 20 de septiembre de 1830.
Simón Bolívar, Manuela Saénz; dos nombres, dos destinos íntimamente vinculados a la historia de Sur América de principios del siglo XIX. Ambos personajes históricos inscriben sus vidas y propósitos en una perspectiva profundamente humanista en la que sus existencias estuvieron marcadas por las luchas ideológicas por la independencia. La intervención “Correspondencias” nos invita sumergirnos en dos historias en espejo: Una de ellas, la historia escrita con H mayúscula, que identifica las luchas políticas, militares y sociales de la primera mitad del siglo XIX; la otra, escrita con h minúscula, es la más cotidiana y y universal condensada en la relación amorosa, vivida en toda su singularidad por estos dos personajes.
El testimonio manifiesto del idilio teñido por las pasiones, las esperanzas, las dudas y los silencios de cada uno de ellos es consignado sobre el papel de las correspondencias epistolares intercambiadas entre Manuela y Bolívar de 1822, año en el que se conocen en Quito, hasta 1830, cuando el Libertador muere en Santa Marta. “Correspondencias” propone, a través de “espacios en diálogo”, una transposición sonora y teatral de los intercambios escritos, para que el visitante se sumerja momentáneamente en esta relación epistolar, a manera de una breve obra de teatro en tres actos.
Los salones de ambos amantes en la Quinta de Bolívar y los objetos de la historia que los visten hablarán por sus antiguos habitantes sobre su idilio, haciéndonos reflexionar sobre los variados caminos donde se construye la memoria histórica por medios de las relaciones personales.
[envira-gallery id=”160″]