La (re)vuelta de la espada // Adriana Arango y Andrés Yepes

El 17 de enero de 2014 se cumplieron 40 años del robo de la espada
de Bolívar por parte del grupo guerrillero M-19. Este acontecimiento
ha marcado la historia reciente de la Quinta de Bolívar y parte de la
historia de Colombia. Tras la devolución de la pieza en este mismo
lugar el 31 de enero de 1991, son pocas las personas que la han visto,
ya que desde ese momento fue guardada en una bóveda del Banco de
la República, lo que condujo a que la Casa Museo realizara una réplica
de ese objeto en el año 2005 para ser exhibida de manera permanente.

La sustracción de la espada dio un vuelco a la historia de este objeto,
pues pasó de reposar en una vitrina en la Quinta de Bolívar como un
objeto que ingresó a la colección del museo en la década del 30 del
siglo XX con la denominación de “espada que se cree perteneció al
Libertador”, a adquirir un fuerte carácter simbólico a partir de ese
hecho, y adicionalmente a ser el objeto más buscado del país, con un
operativo denominado “Operación Rescate”.

La devolución se dio en un contexto que auguraba nuevos aires para
el país tras una crisis política del bipartidismo y las nulas posibilidades
de participación política de otras opciones diferentes al liberalismo y al
conservatismo, el aumento de la violencia, la corrupción y narcotráfico
materializados en los múltiples atentados a lo largo y ancho del país,
así como las elecciones a una Asamblea Nacional Constituyente y la
promulgación de una nueva Constitución Política en 1991. Esto último
permitió que el grupo M-19, demostrara una voluntad de paz por
medio de la dejación de las armas e ingresara a la vida democrática, al
hacer parte de este proceso de redacción de esa nueva carta política.

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