75.000 Deseos // María Paola Sánchez y Juan Peláez

El 6 de octubre de 2004 el Banco de la Republica comenzó a emitir la nueva moneda de $20 pesos. La entidad emisora lo hizo obligada por una disposición de la Superintendencia de Industria y Comercio que le pedía emitir más moneda de esa denominación. “No tengo cambio”, se había convertido en una respuesta común entre los cajeros de los negocios y con ello intentaban atribuir a una causa externa la falta de “menudo”, así las cosas, se justi caba una transacción desfavorable para el cliente y contraria al derecho de los consumidores de recibir el cambio exacto por las compras efectuadas.

Esta moneda recibió el nombre de Simón Bolívar, su aparición era favorable, al ser más pequeña resultaba más barata en su producción ($30), comparada con
la moneda de $20 pesos, existente desde 1989, que costaba 50% más.

En la actualidad ambas monedas circulan pero pocos
las reciben; en muchas ocasiones se dejan abandonadas en el mostrador de las cajas de los negocios que transan con ellas; dichos lugares, para su inmensa fortuna,
van acumulando cada moneda hasta lograr recaudar signi cativas sumas de dinero.
En otros casos se convierten en un insumo de bajo costo en la producción de collares, carteras y objetos decorativos en general.

El 9 de febrero de 2009, tan sólo 5 años después de haber rediseñado emitido y distribuido la nueva moneda Simón Bolívar, el Banco de la República dejó de acuñarla junto con las monedas de 5 y 10 pesos por su baja circulación. La pregunta aquí es: ¿cuánto dinero se invirtió en el diseño, en la matriz, (diseñada especí camente para esa denominación), en su distribución y en la campaña nacional de asimilación, para una moneda que solo se emitió por 5 años?

A partir de está reflexión, 75.000 Deseos habla de la práctica común de tirar monedas en las fuentes de agua. La Quinta de Bolívar tiene tres, y nuestra propuesta se centra en llenar una de ellas con monedas de $20 hasta que estas rebosen el recipiente inferior y la corona superior reemplazando el agua. Para dicho fin contamos con una bolsa de trabajo de $1’500.000 la cual fue cambiada en su totalidad por monedas de $20.