Esta es una intervención que nace de la necesidad de abordar un momento en particular de la historia de la independencia colombiana desde un punto de vista capaz de complejizar y ponerle nuevas aristas al relato oficial de la historia utilizando un elemento sencillo pero con un valor simbólico muy poderoso: el bordado.
Estas réplicas de ropa íntima femenina de la época, contienen palabras y fragmentos de discursos pronunciados por mujeres que participaron en el proceso de la independencia colombiana, pero han sido invisibilizadas en el relato histórico que conocemos.
Con ellas, se pretende hacer visible desde una técnica propia del ámbito femenino, la presencia de las mujeres que lucharon a la par de los hombres durante el movimiento emancipador que atravesó Colombia en el siglo XIX.
Por un lado la acción de bordar, tejer o coser, es una metáfora muy apropiada para re-pensar las relaciones del arte y del público con el museo; tejer es unir diferentes puntos que a primera vista no tienen mucho en común pero que al entrar en contacto empiezan a generar nuevos simbolismos, nuevas estructuras desde las que mirar la historia, sus procesos y sus implicaciones.
Tejer también es unir a las personas, ponerlas en diálogo mientras hacen una actividad que resulta totalmente propicia para escuchar y ser escuchados; en ese sentido es un ejercicio de liberación y descubrimiento, no sólo de los otros sino también de la forma, es decir, a medida que se teje, se borda o se cose el objeto va creciendo, se va descubriendo, como las relaciones sociales mismas; una acción que permite reconocer y reconocernos en el otro.
Por otro lado el tejido, el bordar o el coser, ha estado ligado a una tradición femenina muy fuerte que no necesariamente tiene que ver con la delicadeza o las labores propias del hogar, sino también con la unión, el compañerismo y el activismo que esta actividad permite
desarrollar en sus fronteras y sus intercisos.
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